180 latitudes: una vuelta de tuerca a la desinformación

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Una de las características del periodismo actual es la desigualdad de roles informativos entre los países del “mundo desarrollado” y los pertenecientes al llamado Tercer Mundo. En una relación de total desigualdad informativa, son dos o tres agencias informativas (todas ellas de países rico) las que se reparten el “pastel”, aportando en los medios tradicionales de comunicación una visión sesgada, un punto de vista occidental, europeísta y etnocéntrico de cómo son las cosas en continentes como África o Sudamérica. Una de las principales críticas a este modelo desigual de comunicación es que se ahoga la voz de las agencias independientes de estos países o se presta poca importancia a los movimientos fuera del poder establecido.

En otro orden de cosas, el prestigioso comunicólogo Pascual Serrano también lamenta la “pasividad de muchos corresponsales en el extranjero”, que pueden no llegar ni a aprender el idioma del país en el que son destinados. De esta manera, nutren sus informaciones únicamente de las notas de prensa que reciben de los gobiernos. En un caso de conflicto armado, como en Afganistán, la problemática se incrementa, puesto que los reporteros a penas salen del hotel. Así, fabrican informaciones totalmente desnaturalizadas, a veces muy alejadas de la realidad, cocinadas en un laboratorio aséptico. ¿Realmente estoma informados de lo que pasa en Afganistán? ¿Sabemos los civiles que han perecido? ¿Sabemos la corrupción que azota al gobierno de Karzai desde que fue instaurado (en fraude electoral, además? La respuesta seguramente sea que no sabemos nada de nada, porque los corresponsales suelen dejarse llevar por la tendencia que marca la ideología aplicada en cada caso. Así, si hay que apoyar la invasión y la guerra, aunque no esté llevando a cabo mejoras significativas, se apoya si hace falta.

En ese contexto nace 180 latitudes.org: un portal virtual independiente, cuyo objetivo es precisamente el de dar un giro de 180 grados a las políticas informativas que se dan del Tercer Mundo. Una visión diferente, desde el lugar de origen, más allá de la manipulación de los medios. Muchas y muchos se sorprenderían al conocer la cantidad de manipulaciones informativas que lleva a cabo un periódico tan reconocido internacionalmente como El País, sobre todo en sus informaciones sobre los países socialistas en Latinoamérica, donde continuamente está promoviendo ideológicamente golpes de Estado. ¿Acaso informa de algún hecho positivo de países como Venezuela o Bolivia? ¿Sabemos que cuando dice El País que hay un proceso de coacción de la libertad de expresión en Venezuela por el cierre de radios, está hablando en realidad de una eliminación de las aquí llamadas radios piratas, que no están registradas institucionalmente? ¿Conocemos los procesos de cooperación Venezuela – África, o el hecho de que dicho gobierno ha promovido una auténtica revolución verde instalando bombillas de bajo consumo gratuitamente en todos los hogares venezolanos? Rotundamente, únicamente nos llega lo negativo. Y, muchas veces, si no hay informaciones negativas, como decía Hearst, “se fabrican” (“I make news”).