Sentencia kafkiana: la justicia española encarcela periodistas

La publicación en Internet de una lista de afiliaciones irregulares relacionadas con el tamayazo ha dado lugar a una agria polémica –la primera- en cuestión de la libertad de expresión en la red. Un juez ha condenado ahora, seis años después de dicha publicación, a dos periodistas de la cadena SER a una condena de 1 año y 9 meses de cárcel, además de la inhabilitación. Y todo a pesar de que está comprobada la veracidad de los documentos, que comprometía seriamente al Partido Popular. El juez considera probada la noticia, pero argumenta que “detallar la militancia política es un delito de revelación de secretos no amparado por la libertad de expresión”. Acabáramos. AL parecer, ahora la justicia considera que los delitos relacionados con los políticos, con nuestros representantes legales, no deben ser conocidos por la ciudadanía de a pie. Y la injusticia, además, no termina ahí.

La sentencia también considera que, a diferencia de los “medios de comunicación social”, Internet no está amparado por la libertad de expresión, porque su visionado no se limita a las fronteras nacionales, sino que puede ser visto por todo el mundo. “NO es un medio de comunicación social, sino universal”, dice el juez. ¿Desde cuándo la libertad de prensa está sujeta a su ámbito de cobertura? Desde luego, los periodistas condenados deben creer estar pasando por un sueño. Un país que se declara libre, que se vanagloria de sus altos niveles democráticos y critica a otros, como China o Rusia, donde se encarcelan a periodistas. Lo cierto es que se hace necesario el debate sobre Internet, pero realmente esta sentencia no hace más que caer como una losa sobre las posibilidades de este medio y coartar la libertad de expresión sin precedentes.

Una nueva prueba del retraso de la justicia española y el alto grado de ideologización partidista en sus filas. ¿Habría sucedido lo mismo si la lista de afiliados irregulares pertenecieran a otro partido diferente al PP, o si no hubieran sido empresarios? Un país donde se encarcela a periodistas no puede ser un país libre. Desde luego, con comportamientos así, los profesionales del sector quedan descubiertos cuando se trata de informar sobre casos de corrupción.