La crisis del periódico tradicional, en auge con la aparición de las nuevas tecnologías, está llevando a incansables investigadores de todo el mundo a buscar el aparato que conjugue ambas modalidades (periódico en papel y digitalización). En fin, el determinismo tecnológico, vamos.
Es así como continúan apareciendo los prototipos de dispositivos de lectura en pantalla de papel digital. El (pen)último es InfiniteBook, que, según Gizmodo, no es tanto un libro como un periódico electrónico. Por ejemplo, el cacharro de marras permitiría (si algún día pasa de la imaginación de su autor) pasar las páginas virtuales del diario con la mano, como haríamos con uno de papel. Y se puede plegar para llevarlo bajo el brazo. El inventor de la propuesta es un tal Ewald Neuhofer (autor también de un proyecto de brazalete de diagnosis médica), realizado en creativeDNAaustria, del departamento de diseño industrial de la Universidad de Viena, y rescata el planteamiento que ya hace algunos años se imaginó: un papel electrónico que imitase en todo al de celulosa, incluso en la posibilidad de que no fuese una pantalla rígida, sino flexible. Mientras tanto, la compañía Asus, una de las pioneras en comercializar ordenadores portátiles de pequeño tamaño y precio, anuncia que lanzará su propio libro electrónico, el EeeReader en marzo de 2010, según Cinco Días.
Echénse a temblar los amantes de la lectura tradicional. Frótense las manos los que confían en el negocio inspirado por el ciberperiodismo. El futuro ha llegado para quedarse. El periódico de papel ha muerto.